La solicitud de ayuda llegó de parte de una religiosa que se encontraba en la comuna de Canela tras el terremoto 8,4 que afectó a la región el 16 de septiembre del año pasado. “Nos dijeron que la gente estaba desbordada emocionalmente con el terremoto, con insomnio, con crisis de pánico” explicó el investigador de CIGIDEN Rodrigo Figueroa, por lo que la religiosa se contactó con un profesor de psiquiatría de la Escuela de Medicina UC para pedirle ayuda y explorar algunas vías de apoyo.
“Lo que nosotros hicimos” contó Figueroa, “fue ir a Canela a conversar con la gente de Salud comunal y preguntarles qué tipo de necesidad podrían tener donde nosotros pudiéramos ayudar. La idea no era llegar a un lugar a hacer alguna intervención pisoteando los sistemas locales o generando una disrupción en el funcionamiento habitual de ellos”. Esa primera reunión se realizó en noviembre de 2015 donde se presentó la situación de salud mental de la comuna luego del terremoto y tras el diagnóstico se optó por realizar una jornada de capacitación en detección y manejo del trauma psicológico y sus secuelas para la Atención Primaria de Salud.
Finalmente el viernes 29 de enero en el Consultorio General Rural de Canela, específicamente en Canela Baja, se realizó la jornada de capacitación que fue impartida por residentes de segundo año del Programa de Psiquiatría de Adultos y dirigidos por el Dr. Rodrigo Figueroa, académico del Departamento de Psiquiatría e investigador asociado del CIGIDEN.
El objetivo era proveer a los asistentes herramientas concretas para la sospecha, detección, manejo inicial y derivación de personas con reacciones y secuelas emocionales de experiencias traumáticas, como pérdidas, situaciones médicas límite, violencia, accidentes y desastres.
“Hablamos sobre cómo reaccionan las personas a los eventos traumáticos, hay personas que se perturban mucho y luego se recuperan, hay otras que siguen para siempre perturbadas y otras que no les pasa nada nunca”, explicó Figueroa y señaló que la evaluación de la actividad por parte de los funcionarios de Canela fue muy positiva.
Acción permanente y también preventiva
“A mí me gustaría que nosotros pudiéramos desplegarnos en forma automática, cada vez que haya un evento de desastres, a los consultorios de las zonas afectadas para capacitar a las comunidades de prestadores y eso, hacerlo de manera rutinaria”, señaló Rodrigo Figueroa sobre la posibilidad de mantener el proyecto en el tiempo.
Y al mismo tiempo, ante la posibilidad de realizar acciones preventivas, señaló que “uno podría priorizar (la acción) en función de distintos criterios, uno podría ser el de riesgo. Cuáles son las zonas donde uno anticipa que va a haber una mayor exposición a trauma en el próximo tiempo, riesgos naturales por ejemplo o riesgos de desastres. Va a depender un poco de dónde se haga la capacitación cuál va a ser la priorización”.