Asentamientos informales en La Chimba y René Schneider, agudizan el riesgo de aluvión

Dos estudios liderados por la profesional del Centro de Investigación para la Gestión Integrada del Riesgo de Desastres (CIGIDEN) y doctora (c) en Geología UCN, Francisca Roldán, estiman un alto riesgo aluvional para las y los habitantes de los campamentos ubicados a piedemonte de la Cordillera de la Costa en la ciudad de Antofagasta, Chile. 

En ambos lugares, los asentamientos irregulares se han expandido en sectores de alto riesgo de aluvión, como quebradas y piscinas decantadoras. A lo anterior, se suma que Antofagasta presenta un clima hiperárido, donde existe registro de lluvias torrenciales en el pasado  -muy intensas y de corta duración- cuya consecuencia es la activación de las cuencas y por tanto, el desarrollo de aluviones que se han llevado todo a su paso. 

“La Chimba”, por ejemplo, es una cuenca donde viven cerca de dos mil personas, cuyas características hidrológicas son óptimas para el desarrollo de flujos de detritos importantes,, con respuesta rápida y cuyo desplazamiento abarca incluso la zona costera. 

“A pesar de que esta área estaba fuera del radio urbano durante el gran aluvión del de 1991 y no existen registros oficiales de activación previos en la cuenca, si hay evidencia geológica e hidrológicas de generación de aluviones en caso de lluvias futuras”, advierte la geóloga UCN y profesional CIGIDEN,  Francisca Roldán. 

La memoria salva vidas 

En respuesta a la memoria del aluvión que afectó a la ciudad de Antofagasta en 1991 y ante la posibilidad de un nuevo evento, un equipo interdisciplinario de CIGIDEN, entregó en marzo de 2024 a los habitantes del campamento “Aurora Esperanza”, los resultados de un estudio que estima un alto riesgo de aluvión para este sector que se originó en 1993. 

Allí residen 380 familias, según el Catastro de Techo Chile y debido a sus  características geomorfológicas, no es un lugar apto para vivir, debido al riesgo aluvional, caídas de rocas, deslizamientos de suelo y a la amenaza de sismo e incendio. 

El grupo de CIGIDEN formado por Francisca Roldán, Katherine Campos, Leila Juzam, Nikole Guerrero y Simón Inzunza, Valentina Acuña e Iván Salazar, desarrolló una metodología inédita, para modelar la amenaza de aluvión e incorporar la vulnerabilidad social y física en su análisis. 

Con este fin, la geóloga Francisca Roldán, realizó un análisis sedimentológico, morfométrico e hidrometeorológico. Estas mediciones permitieron determinar la respuesta hidrológica de la cuenca donde se ubica el campamento “Aurora Esperanza”, ante una lluvia probable, lo que a su vez, se traduce en identificar el tipo de flujo, el tiempo de evacuación, las zonas específicas de impacto y exposición. 

Por otra parte, para determinar la vulnerabilidad social, las y los expertos de CIGIDEN, usaron metodologías cualitativas, como la observación,  caminatas por el campamento y la realización de entrevistas semiestructuradas a actores claves y habitantes del lugar.

A treinta y tres años desde el aluvión de Antofagasta de 1991 y gracias a la identificación de riesgo y caracterización de la amenaza, junto a la comprensión de la vulnerabilidad física y social, obtenidas gracias a las investigaciones desarrolladas por las y los profesionales de CIGIDEN, hoy es viable avanzar en una mejor respuesta ante estos eventos hidrometeorológicos. 

“Antofagasta ya no es la misma que hace treinta y tres años. Tenemos que considerar que esta ciudad registra el mayor desastre socionatural producido por aluviones en toda la historia de nuestro país. Para 1991 no contábamos con las obras de mitigación en las quebradas y si bien, tenemos una gran cantidad de estas estructuras, aún queda una gran parte de la población que está desprotegida, puesto que estas amenazas tienen un gran poder de impacto, y podrían destruir viviendas de materialidad formal como informal”, advirtió la geóloga UCN Francisca Roldán.