Sequía, ciudades costeras y la Ley Marco de Cambio Climático, fueron las tres perspectivas desde las que los académicos UC e investigadores CIGIDEN, Carolina Martínez, Jorge Gironás y María Molinos, abordaron la crisis climática en el “Encuentro Educativo Global sobre Justicia Climática”, instancia co-organizada por CIGIDEN; Centro de Desarrollo Urbano Sustentable, CEDEUS, Centro de Cambio Global UC, Instituto para el Desarrollo Sustentable UC y Dirección de Sustentabilidad UC.
Esta actividad es parte de una serie de más de cien eventos que están ocurriendo alrededor del mundo, en el marco de la iniciativa mundial “Soluciones Climáticas al 2030”, liderada por el Centro de Política Ambiental del Bard College y el Centro de los ODS latinoamericano.
“Sabemos que hay un crecimiento de las emisiones desde el siglo XIX, que conocemos como el Antropoceno y que todas nuestras acciones tienen un impacto en el cambio climático”, dijo el académico UC e investigador CEDEUS, IDS y del Instituto de Geografía, Jonathan Barton, durante su discurso de bienvenida. “En este sentido, agregó, a nivel internacional la mayoría de los países se han comprometido a ser carbono neutrales al 2050. Para lograr ese objetivo miles de instituciones deben implementar planes y mucha innovación y colaboración” agregó.
Gestión del cambio climático
Al respecto el director de Ingeniería Hidráulica UC, investigador CEDEUS y CIGIDEN, Jorge Gironás, señaló que es primordial entender que para la gestión del cambio climático, es relevante comprender las interacciones relevantes y difíciles de considerar por la forma en la que hacemos las cosas, nos comportamos y nos formamos. “La primera es una relación temporal, es decir, lo que vivimos hoy es parte de un proceso que partió mucho tiempo atrás. Lo que nosotros hagamos hoy va a impactar al futuro de la humanidad y una mala decisión a pequeña escala nos terminará afectando a todos”, sostuvo.
La Ley Marco de Cambio Climático, única en su tipo en Latinoamérica, establece la meta de carbono neutralidad y la resiliencia del país para el 2050, traza objetivos claros para la resiliencia y la adaptación, incorpora el concepto asociado a la seguridad hídrica, reconoce los principios de no regresión y de progresividad e incorpora los principios de enfoque ecosistémico, equidad y justicia climática, territorialidad, transparencia y participación, entre otros.
Por lo tanto, aseguró Jorge Gironás, necesitamos leyes que nos llamen a la acción a diferentes escalas: Gobierno, empresas, comunidades en sus territorios, en los hogares, y a nivel personal.
Sequía: Una amenaza global
“Debemos dejar de enfrentar la sequía con el prisma de la emergencia para anticiparnos de manera adaptativa a la sequía”, citó la encargada de comunicaciones de CIGIDEN y moderadora del evento, Débora Gutiérrez, como antesala a la interrogante ¿qué medidas deberían adoptar el Estado, la academia y las comunidades para enfrentar la sequía de hoy y mañana? La vicedecana de Ingeniería UC e investigadora CIGIDEN, María Molinos, contestó que el problema de la sequía es realmente complejo, razón por la que no está resuelto.
“Tenemos que tomar acciones a corto, mediano y largo plazo, ya que estamos en una situación crítica que es la misma que hace cinco años. Estábamos esperando que lloviera y la lluvia no va a resolver la sequía. Por lo tanto, vamos con bastante retraso en los planes de desarrollo de cuencas, por lo que uno de los temas esenciales a largo plazo es tener un plan hidrológico nacional con sus bajadas de cuenca”, aseveró la investigadora del Centro de Derecho y Gestión del Agua UC.
En relación a la medida de “racionamiento de agua” que circula en los medios de comunicación, la investigadora manifestó tener dudas respecto a su efectividad de esta medida, ya que no se sabe con certeza cuánta es la cantidad de agua que consumen las ciudades en relación a la totalidad de agua que efectivamente se requiere per cápita.
“Se necesita la cooperación de todos los usuarios del agua y esto incluye, minería, agricultura, forestales, industria y por supuesto el consumo humano, para lo que se necesitan acuerdos sólidos y acciones decididas. Esto incluye definir el consumo óptimo desde el punto de vista social y aumentar la oferta de agua para lo cual existen medidas como la reutilización, la disminución en la pérdida de agua y la desalinización, que debe ser ordenada para reducir los impactos ecológicos”, expresó María Molinos.
Gestión costera: una prioridad relegada
“El principal problema que hay en la costa es la falta de una visión sistémica y entender que no solo es un paisaje o una fuente de materias primas”, aseguro Carolina Martínez, académica UC e investigadora del Centro de Investigación para la Gestión Integrada de Riesgo de Desastres (CIGIDEN), Instituto Milenio en Socio-Ecología Costera (SECOS) y Observatorio de la Costa, tras la pregunta ¿ por qué el ordenamiento territorial en especial en la costa, no ha sido alta prioridad nacional, ya que los temas asociados no presentan grandes avances en los últimos 25 años?
“Básicamente la costa está definida por la presencia de agua, tenemos ecosistemas costeros que dependen de un ciclo hidrológico, pero al mismo tiempo, de factores globales, regionales y locales. Dentro de esas interacciones, hay un rol fundamental que cumple la cuenca hidrográfica, es decir, nosotros no podríamos entender la costa sin saber la interacción a nivel de la naciente (en la Cordillera de Los Andes), hacia el mar”, explica la geógrafa UC.
De acuerdo a Carolina Martinez, hoy en día se analiza y protege la costa como un concepto estático, ya que nuestra normativa que data de 1994, entre un concepto muy rígido de la costa, que es el “borde costero”, que no tiene ninguna relación con el concepto científico de costa. “Por lo tanto, nos preguntamos desde la ciencia, la condición de protección que tiene nuestra costa y ecosistemas asociados, es decir, qué hemos hecho bajo este concepto de borde, bajo el desafío de cambio climático, impacto diversas amenazas naturales, y aumento de eventos extremos”, asegura la directora del Observatorio de la Costa.
Finalmente la experta, destacó que el actual modelo económico tiende a considerar la costa solo como materias primas, lo que ha provocado una tremenda de depredación de estos ecosistemas costeros, por eso desde los territorios, las comunidades, el mundo académicos y ONG, generamos una propuesta de Ley de Costa. “Esta busca proteger de manera efectiva, todo aquello que esta dentro del sistema costero como un patrimonio y un bien público.