Por Gabriela Cortés Villarroel, periodista de la Unidad de vinculación, educación y divulgación de CIGIDEN (gabriela.cortes@cigiden.cl)
El pasado 12 de octubre, se hizo una clase especial en la Escuela Comunitaria Ambiental de la Costa en el que participaron alrededor de 20 estudiantes y monitores con el fin de aprender sobre la cosmovisión del Pueblo Chango en relación a la sostenibilidad del maritorio y la gestión de riesgo de desastres.
Para esta oportunidad los educadores tradicionales del Pueblo Chango Pablo Díaz y Daniela Berroeta -quien también es ex-estudiante, y actual colaboradora de la ECAC- junto a Javiera ex- estudiante ECAC y licenciada en arqueología, compartieron su conocimiento y generaron una profunda conversación con los asistentes mientras recorrieron parte de la zona costera de Quisco Norte.
“A cuatro años del reconocimiento del Pueblo Chango en Chile y en el contexto de la conmemoración de un nuevo 12 de octubre, que marca el inicio del genocidio indígena en América, esta clase fue muy significativa. Primero, la sesión fue conducida por dos exalumnas de la Escuela, quienes la organizaron como resultado de un proceso de evaluación anual que realizamos. A finales de 2023, Daniela Berroeta, entonces estudiante de la ECAC, nos hizo ver la importancia de incluir el conocimiento del pueblo Chango en el currículo de la Escuela. Desde ese momento, nos aseguramos de que esto ocurriera. Fue un privilegio recibir la generosidad de quienes impartieron la clase, la profundidad histórica que compartieron, su reflexión crítica y la valoración de los saberes del Pueblo Chango en relación con los desafíos de una gestión integrada de la zona costera, donde las distintas comunidades puedan habitar y gestionar el riesgo a partir de sus propias vivencias y conocimientos” expresó Karla Palma, investigadora de CIGIDEN y académica de la Facultad de Comunicación e Imagen de la U. de Chile y miembro de la ECAC.
Con el fin de comprender la importancia del derecho cultural en la protección de los pueblos originarios y reflexionar en torno a la evidencia arqueológica y las formas de habitar la orilla costera, Daniela Berroeta junto a la licenciada en arqueología Javiera Baeza, impartieron esta clase en Cartagena.
Según Baeza, quien participó junto a sus hijos durante el 2023 en la ECAC , “el riesgo, para los hermanos Changos, muchas veces significa perder la orilla, perder los humedales, las quebradas y perder la posibilidad de poder encontrar seres vivientes en la zona intermareal ya que hay mucha contaminación”.
Con el fin de apoyar la intervención de Daniela, a través de sus estudios en arqueología, habló sobre la vida ancestral dentro del territorio desde la época prehispánica hasta el presente. “Esta clase fue mucho más específica, ya que es difícil llegar a unir cosas complejas como es, en el fondo, la ocupación y la vida ancestral dentro de este territorio y la herencia ancestral que hay y poder manifestar la importancia que tiene este relato de las familias para gestionar el tema de los desastres y los riesgos”, explicó.
La conexión de Daniela Berroeta con la Escuela Comunitaria Ambiental de la Costa (ECAC), le ha permitido colaborar con un grupo comprometido con la justicia social y la gestión de desastres. En sus palabras, recalcó que “ha presenciado su esfuerzo por transformar la percepción del territorio y maritorio, promoviendo sostenibilidad y preparación ante desastres” agregando que “considero esencial acercar conocimientos ancestrales y compartir nuestra visión de un territorio que, aunque tiene biodiversidad y patrimonio, enfrenta desafíos donde se prioriza el turismo sobre la seguridad. La naturaleza nos advierte, y es nuestra responsabilidad colectiva actuar para prevenir estos riesgos”.
Respecto al Pueblo Chango, que mantiene una relación simbiótica con el mar, “donde nuestras tradiciones y ceremonias fomentan una interacción sostenible con sus recursos” hace hincapié en la extracción desmedida de estos, que ha crecido debido al desconocimiento. “Generaciones de presencia en el territorio nos han enseñado a comprender sus variaciones geográficas y comportamientos naturales”, explicó. Y sobre la Gestión del Riesgo de Desastres, detalló cómo el diálogo con pueblo chango en El Quisco, permitió reconstruir “historias de inundaciones, derrumbes e incendios, y reconocemos el impacto de la contaminación del fondo oceánico por el desarrollo inmobiliario, turismo, y el efecto del tránsito portuario”.
Una clase especial para la ECAC
Victor Espinoza, monitor de ECAC, destacó la importancia de las visiones de los Pueblos Originarios, “que son apartados y olvidados por las personas. Uno podría ver muchos temas desde el punto de vista de los Pueblos Originarios. Los estilos de vida fueron los que más llamaron mi atención respecto a cómo nos relacionamos con el entorno”.
Por su parte, el estudiante Francisco Flores recalcó los enfoques del Pueblo Chango para vivir en equilibrio a nivel de la biodiversidad y como, en la realidad, no se condice con el uso de la orilla para construir viviendas expuestas al riesgo de tsunami. “Hay un vínculo con los desastres, como el tema de la construcción en zonas donde vivían los Pueblos Changos, como los humanos se imponen en sectores de exposición a amenazas de origen natural”, dijo.
Y Lisa Marco, otra de las nuevas estudiantes de la ECAC 2024, también hizo hincapié en “el tema del manejo de la zona costera y los desastres, se vinculan con el desplazamiento de las familias de la orilla, la erosión de la playa y el manejo de los recursos”.
Fotos por Connie V Hernández, miembro de ECAC.