La infraestructura de producción de agua potable en Chile está expuesta a múltiples amenazas naturales como terremotos, tsunamis, erupciones volcánicas, inundaciones, deslizamientos de tierra, entre otras. Estas amenazas junto con la propia vulnerabilidad de la infraestructura, dan origen a riesgos en la forma de interrupciones en el servicio de agua potable y/o en un deterioro de la calidad del servicio entregado a los consumidores durante eventos extremos.
En los últimos años, luego del terremoto del Maule del 2010 y particularmente, con posterioridad a los eventos de turbiedad extrema del 2013 en la cuenca del Maipo, se ha hecho patente la necesidad de considerarlos en el diseño y funcionamiento de estos sistemas, en especial de las plantas de producción de agua potable. Por esta razón y luego de dos años de investigación, fue lanzada la “Guía Metodológica para el desarrollo de un Índice de Riesgo de amenazas naturales que afectan a los sistemas de producción de agua potable”.
El documento –elaborado después de dos años de estudios y trabajo–, fue elaborado por investigadores del Centro de Investigación para la Gestión Integrada para la Gestión del Riesgo de Desastres (CIGIDEN) y la Pontificia Universidad Católica de Chile junto con la Superintendencia de Servicios Sanitarios (SISS) y financiado por Corfo.
Riesgo de desastre
“Este trabajo comenzó en enero de 2019, con el fin de construir una guía para incentivar a las empresas a incorporar de manera sistemática y transversal, el análisis de riesgo de desastres dentro de su gestión propia del suministro de agua potable. El estudio analiza algunas amenazas naturales, así como las vulnerabilidades existentes en los sistemas de producción de agua potable a esa amenazas”, explica el Jefe de la Unidad de Riesgos de Desastres de SISS, Sergio Barbera.
“El índice, complementa María Molinos, vicedecana de la Escuela de Ingeniería UC, investigadora CIGIDEN y una de las autoras del documento, permite evaluar el riesgo en sistemas de producción de agua potable frente a seis amenazas naturales que afectan periódicamente a Chile: sismos, tsunamis, inundaciones, aluviones, emociones en masa y turbidez».
El documento, agrega la experta, se organiza por amenaza, detallando para cada una de ellos los datos necesarios y requerimientos para el cálculo de su Índice de Amenaza y de la Vulnerabilidad del sistema de producción expuesto a cada una de ellas. Finalmente, con estos antecedentes es posible calcular un Índice de Riesgo (IR) y su cruce con la matriz de riesgo-exposición para conocer el nivel del riesgo del sistema de producción analizado.
Matriz de riesgo
De acuerdo a los autores, para elaborar el Índice de Riesgo (IR) es necesario conocer, por un lado, el índice de frecuencia de las amenazas a las que se encuentra expuesta la infraestructura de producción de agua potable y, por otro, la vulnerabilidad operacional particular del sistema analizado para cada una de las amenazas. En cuanto a la Vulnerabilidad Operacional del sistema, esta se analiza como ya se ha mostrado de manera individual y particular para cada amenaza.
Una vez descritas las dos variables que permiten la aplicación de la matriz de riesgo, el documento muestra los diferentes niveles de riesgo resultantes. Se distinguen tres colores asociados a la“intensidad” del riesgo asignado, partiendo por un verde como el nivel más bajo de riesgo, seguido de un amarillo como valor intermedio y, finalmente un rojo que marcaría el nivel de riesgo más alto.
“Esta escala semafórica permite aplicar la metodología y conocer el nivel de riesgo de manera visual e intuitiva. Cada escala definida por su correspondiente color debería implicar unas exigencias determinadas y unas medidas de mitigación necesarias para paliar el riesgo detectado. Esto permite marcar un camino claro hacia donde enfocar los esfuerzos de mitigación y que permitirían una reducción eficaz del riesgo evaluado en los sistemas de agua potable de todo nuestro territorio”, asegura María Molinos.