2021
Los procesos de reconstrucción tras un evento desastroso a menudo se plantean como una oportunidad de avanzar hacia un desarrollo sustentable (Ministerio del Interior y la Seguridad Pública. Oficina Nacional de Emergencia del Ministerio del Interior [ONEMI], 2016: 27), no obstante, esto implica tener en cuenta que los planes de recuperación no son aplicados en espacios “vacíos”, sino en contextos repletos de significados y relaciones sociales donde una reconstrucción en tanto una “oportunidad de mejora” no existe como parámetro autoevidente. Tomando esto en consideración, este artículo se plantea como un aporte que, focalizado en las estrategias de reconstrucción, permite reflexionar en torno a las narrativas sociales que acompañan todo proceso de recuperación post-desastre.
Para ello, se analizan cuatro casos en los que se relevan algunos problemas habituales a la hora de reconstruir empleando políticas poco informadas socialmente, y se extraen algunas recomendaciones para este tipo de gestiones haciael futuro, siendo estas: (1) la atención al ajuste contextual/territorial, validando la creación de un plan específico para cada territorio y realidad particular; (2) el planteamiento de una reconstrucción participativa, en la que los planificadores y tomadores de decisiones reconozcan a las comunidades afectadas como portadoras de información útil y necesaria que puede aumentar la eficacia de los procesos de reconstrucción; (3) el fortalecimiento de la organización civil, apoyando la existencia de una comunidad cohesionada capaz de sobreponerse a una catástrofe; (4) la mantención de las disposiciones barriales en los nuevos asentamientos, a fin de favorecer la constitución de comunidades organizadas donde prevalecen el diálogo y la participación social; (5) el desarrollo de un proceso de acompañamiento psicosocial, en el que se apoye a las personas en la superación del trauma que supone enfrentar un desastre y se incentive la unión e integración de la comunidad, atendiendo así a las necesidades subjetivas de quienes se vieron afectados y, por último, (6) la concepción de una reconstrucción multidimensional en la que se proyecten planes de recuperación a largo plazo, considerando todos los elementos que dan vida a una comunidad -fuentes laborales, centros de salud, educación, fuerzas de orden, entre otros-, y un monitoreo posterior que preste atención a las condiciones de vida que se desarrollan en las comunidades reconstruidas.