“Hicimos un trabajo con profesoras, profesores y asistentes del Liceo Eugenio Subercaseaux, con la intención de identificar en el territorio los riesgos y amenazas a los que están expuestos”, cuenta el investigador CIGIDEN y sociólogo, Francisco Molina, quien lidera la elaboración del “Manual de Gestión Comunitaria”, una iniciativa dirigida a organizaciones de la sociedad civil y gobiernos locales, que les permita saber “qué hacer y cómo actuar frente a un desastre provocado por una amenaza de origen natural», según explicó.
El taller “Diagnósticos del desastre” fue dictado por el investigador CIGIDEN y director de la Escuela de Diseño UC, Rodrigo Ramírez, y corresponde al segundo módulo de los cinco que se contemplan la creación final del manual para una gestión situada del riesgo. “Lo que hicimos, explica, fue armar nueve grupos de trabajo con los asistentes con el fin de generar un diagnóstico de las amenazas y riesgos asociados que aparecen en el territorio donde se ubica el liceo”.
Según el inspector general del establecimiento, Héctor Hermosilla, el conocer los factores de riesgo les ayuda a generar una mejor respuesta en la toma de decisiones asociada a la ocurrencia de eventos socionaturales como un terremoto y posterior tsunami. De esta manera, “podemos establecer acciones que mejoren los protocolos establecidos como colegio para enfrentar estas emergencias”, señala.
Dialogar sobre la emergencia
“Como establecimiento educacional, siempre estamos dispuestos a generar la participación en acciones que apunten a la mejora, no solamente del ámbito pedagógico, sino también en otras áreas, como es en este caso la gestión de riesgos asociado a desastres socionaturales”, complementó Hermosilla.
En el taller de diseño de información visual de la emergencia, comenta el director de Guemil Icons, Rodrigo Ramírez, “se trabajó con una técnica llamada “disaster imagination games”, donde se despliega una cartografía del lugar –con el liceo en el centro en este caso–, lo que permite discutir y generar diálogos sobre la amenazas, los riesgos y de qué manera estos podrían ser gestionados”.
“Esta actividad fue muy interesante y una oportunidad de volver a encontrarse de forma presencial después de tanto tiempo y darnos cuenta que es aquí donde la creatividad y la Gestión del Riesgo de Desastres pueden encontrarse”, recalcó Rodrigo Ramírez.
Comunidad educativa
De acuerdo a los investigadores, en la actividad participaron cuarenta profesoras, profesores y asistentes del colegio, muy dinámica y con pocas instrucciones. Al final cada grupo pudo plantear y compartir puntos comunes respecto a qué amenazas pueden detectar y cómo pueden manejarla.
A partir del ejercicio, surgieron algunas inquietudes tales como llevar estas conversaciones y el mismo taller a otras instancias, para poder trabajar en el caso de una evacuación por tsunami con los apoderados, por ejemplo. “Considero que es importante acercar a toda la comunidad escolar, ya que en la eventualidad de la ocurrencia de un desastre de este tipo, no podemos actuar solos y necesitamos del apoyo coordinado de otros actores”, afirma Héctor Hermosilla.