El geólogo de la Universidad Católica del Norte y del Centro de Investigación para la Gestión Integrada del Riesgo de Desastres, Felipe Aguilera, trabaja en establecer un protocolo de emergencia en Chile de aquellas localidades que se encuentran vulnerables frente a futuras erupciones volcánicas.
La erupción explosiva del volcán Kilauea, de Hawai, con cenizas lanzadas a más de nueve kilómetros de altura y con más de 1.700 personas evacuadas, revive en Chile la necesidad de contar con planes de emergencia y de evacuación para aquellas ciudades que son vulnerables a erupciones volcánicas. El doctor Felipe Aguilera, geólogo de la Universidad Católica del Norte y del Centro de Investigación para la Gestión Integrada del Riesgo de Desastres Cigiden, trabaja en un protocolo justamente en esa línea.
Chile, comenta el experto, es un país que tiene mucha actividad volcánica. En el sur del país hay volcanes activos que pueden tener erupciones efusivas parcialmente similares a la del Kilauea, que pueden general flujos de lava, pero revierte mayor peligro en la medida que exista población viviendo cerca de los volcanes. “Ciudades como Pucón, Villarica, Licanray y Coñaripe, por ejemplo, están emplazadas alrededor del volcán Villarrica, también hay poblados asentados muy cerca del volcán Llaima, del Lonquimay o el Chaitén. La última erupción de Chaitén en 2008, fue aún más riesgosa porque la actividad volcánica del Chaitén era muy desconocida y el pueblo estaba ubicado extremadamente cerca del volcán”, recuerda Aguilera.
Suelos fértiles
¿Pero qué explica que históricamente los poblados estén cerca de los volcanes? El geólogo Felipe Aguilera comenta que los suelos volcánicos son muy fértiles y, por lo tanto, lo hacen particularmente atractivos para la agricultura, eso se ve en todo el mundo en Indonesia y en Chile. Por ejemplo, los poblados altiplánicos que viven aún de la agricultura, lo que se suma el significado místico de los volcanes, porque para muchas culturas son dioses y vivir cerca es prácticamente un privilegio.
Por lo tanto, indica el investigador Cigiden, los esfuerzos deben concentrarse en protocolos de evacuación. “Chile necesita planes de evacuación para cada ciudad ubicada cerca de un volcán activo, que nos permita resguardar la salud y la vida de las personas”, advierte. Estos protocolos se están empezando a construir y contamos con los estudios que permiten darle robustez a dichos protocolos.
Esos planes deben ser únicos para cada poblado alrededor de un volcán, porque eso depende la distribución de los posibles eventos volcánicos para cada lugar, sumado a que deben adaptarse a la cultura local. Con la Universidad Católica y Cigiden, agrega Felipe Aguilera, estamos trabajando el proyecto “Mitigación de los riesgos asociados a procesos volcánicos en la Región de Antofagasta”, que finalizará en un protocolo de evacuación para ciertos poblados vulnerables a eventos volcánicos.
“Ahora estamos justamente desarrollado un proyecto piloto para el poblado de Talabre emplazado muy cerca del Volcán Láscar. Estamos ajustando nuestras propuestas a la cosmovisión que tiene la comunidad de los volcanes y a las características topográficas del lugar, para lograr un plan efectivo de evacuación en caso de ocurrir una erupción”, concluye.
Foto: Volcán Láscar/Sernageomin