Hoy vamos a discutir desde diferentes posiciones situadas desde el arte, la antropología y la vulcanología, la denominada “agencia del desastre”, introdujo el investigador CIGIDEN y académico de Antropología UC, Marcelo González, al segundo encuentro del ciclo de “Conversaciones desastrosas: encuentros transdisciplinarios”, organizado por el grupo Desartes de CIGIDEN.
Los invitados recibieron como obra motivacional la canción de la cantautora Violeta Parra “Puerto Montt está temblando”, compuesta en 1960 e inspirada en el terremoto y tsunami del mismo año, el mayor registrado en la historia. Asimismo, recibieron un texto escrito a tres manos por parte de los organizadores en torno a la evolución humana y cómo esta se encuentra involucrada en la ocurrencia desastrosa.
Durante el encuentro participaron la dramaturga Manuela Infante, licenciada de arte en la Universidad de Chile y magíster en análisis cultural de la Universidad de Amsterdam, fundadora de la Compañía Teatro de Chile y directora de icónicas obras como “Prat” y “Cristo” . Junto al actor chileno Héctor Morales, realizó una lectura dramatizada de la escena denominada “A veces veo todo negro”, parte de la obra estrenada en Barcelona “Fuego fuego” y, que según Manuela Infante, “ofrece resonancias para conversar”.
Según la artista, la obra es parte de un arco mayor de obras que ha ido trabajando sobre agencias no humanas y que son parte de una investigación sobre teatro y no humanidad. Estas obras son “Realismo sobre la agencia de las cosas y los objetos”, “Estado vegetal” y “Cómo convertirse en piedra”.
Domesticación del desastre
“´Fuego Fuego` es la parte final de este arco de obras y habla de la potencia desastrosa y al mismo tiempo transformadora del fuego y se inspira en el incendio ocurrido en Santa Olga, un pueblo cercano a la industria forestal”, explicó. La escena plantea la idea de la domesticación del desastre, ya que antiguamente el ciclo de quema y reconstrucción del teatro, era un ciclo natural hasta que se empezaron a efectuar medidas de control de incendio, comentó la dramaturga.
También fue parte de esta segunda conversación desastrosa, el vulcanólogo de la Universidad Católica del Norte, director Instituto Milenio de Investigación Volcánica Ckelar e investigador CIGIDEN, Felipe Aguilera. El experto señaló que quiso reaccionar de manera personal a la canción de Violeta Parra, pensando en la búsqueda de humanizar el quehacer científico.
A juicio del vulcanólogo, el terremoto de Valdivia, de larguísima duración, es una seguidilla de terremotos y la canción de Violeta Parra refleja la evidencia de ese tiempo con un profundo nivel de descripción: “La canción refleja la vivencia dentro de ese tiempo”, aseguró. Aguilera también destacó partes de la canción como “la mar está enfurecida, la tierra está temblorosa”, que describen el desastre en sí y que este caso haría alusión al tsunami y al terremoto.
Asimismo, valoró el desarrollo de este tipo de obras porque nos permiten aterrizar las percepciones y experiencias humanas en relación a los desastres socionaturales. “Nos permite humanizar el desastre y entender este tipo de experiencias y traumas nos permitirá un crecimiento en la gestión del riesgo de desastres”, aseguró.
Por su parte la antropóloga UC y profesora titular en UC Davis, California, Marisol de la Cadena,compartió algunas ideas que denominó “requisitos para pensar el acabo de mundo”, inspiradas en las palabras que desliza Violeta Parra en su canción como: “Es una acabo de mundo lo que yo estoy presenciando, se me borró el pensamiento” y “no hay palabras en el mundo para explicar la verdad”.
Según la académica durante un desastre “pensar es sentir, ya que se borra el pensamiento porque el mundo se acaba”. “Debemos buscar aceptar aquello que nos excede y nos es sólo humano” agregó en referencia a la ocurrencia de los desastres.
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